Reino Unido, Estados Unidos, Francia, 2024
Dirección: Coralie Fargeat
Guión: Coralie Fargeat. Fotografía: Benjamin Kracun. Música: Raffertie. Producción: Working Title Films, 21st Century Film France, Blacksmith. Elenco: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Gore Abrams, Tom Morton
Duración: 140 minutos
Elisabeth Sparkle (Demi Moore) es una actriz y conductora de una sección de aerobics de algún matutino televisivo, que precisamente el día de su cumpleaños se entera de que será relevada de su programa por cuestiones de rating bajo. Los auspiciantes han tomado nota de esto y lo relacionan con su edad ya que la vorágine machista y sexista hace añicos cualquier motivación que no sean los estímulos visuales y las feromonas de los televidentes. Así la actriz verá un resquebrajamiento de su propia imagen, con una perdurabilidad caduca que la empuja a probar un método nuevo (la sustancia del título) para crear una versión “mejorada” de sí misma, con la vitalidad y estética que le permita permanecer en el aire.
Los espantos que se desencadenan a partir de ahí deben algo a la tradición del "horror corporal" de David Cronenberg, aunque la directora y guionista Fageat muestra no solamente un notorio talento para la puesta en escena sino que añade un discurso feminista, en una experiencia perturbadora que se aleja un poquito del morbo o sensacionalismo del género para hablar del miedo (femenino) a envejecer y las consecuencias de tratar de prolongar esa "juventud eterna" tan deseada para encajar en la sociedad y su star system.
La película no es para nada sutil, exponiendo de manera salvaje la toxicidad y superficialidad del establishment hollywoodense con una excelente actuación de Demi Moore (también está muy bien la joven Margaret Qualley), un trabajo de cámara y maquillaje muy destacable, y acaso algunos excesos de gore al final. Con sus golpes de efecto y la probable influencia no solo de Cronenberg (acá están La mosca y Scanners, por lo menos) sino también de David Lynch (alguien ha pensado en El hombre elefante) y del Stanley Kubrick de El resplandor, Fargeat dirige sus dardos a la obsesión por permanecer jóvenes y bellos toda la vida: su forma de retratarlo es que todo se desquicie en un film con sangre, monstruosidades y atrocidades diversas. A nivel visual y sonoro la película es impresionante. La fotografía, la música y la narrativa generan un impacto poderoso, complementado por personajes extravagantes y colores vibrantes. Además, la manera poco convencional en que se cuenta la historia, sobre todo en la primera mitad, resulta sumamente interesante y atractiva. De cualquier manera el gore marca su presencia, claro, y ya se sabe que eso no es para todos los gustos. Premio a mejor guion en Cannes y premio del público (“Locura de medianoche”) en Toronto.